Viólame la mente, que eso me pone
El humo no es más que el recuerdo constante de que nos estamos consumiendo a cada calada

lunes, 26 de diciembre de 2011

oh, wait!

Me sorprende que la mayoría de las visitas que vienen a mi blog sean de búsquedas de tablones bonitos de amor para tuenti ¿Estamos tontos? Ni hablo de cosas bonitas ni de amor y menos para que el gilipollas de turno se lo ponga en su tablón como suyo, pero bueno, quizás debería hacerlo... hablar de amor.

Siento una losa sobre mi pecho, como las espinas profanan mi cuerpo, enebrándose por mi alma, envenenando cualquier dulce pensamiento, no soy más que abono, quiero quererla y no puedo, quiero olvidarle y me estrello en mis intentos, quiero vivir y me muero... Y mientras más me caigo y más me estrello más me aprietan las espinas, opresivas atrapándome en su veneno, cubriendo de ponzoña hasta el más nimio sentimiento.

Y qué, ¿qué me queda? Una vida que no quiero, gente que no busco y que rehuyo si hay algo que no sea sexo, me quedan abrazos vacios, caricias obligadas y forzarme a no pensar, o a pensar demasiado que fue lo que hice mal, me queda retozar en mis errores, en la mierda que mana de las heridas envenenadas hechas por mi misma al no saber ver, al no querer creer que su amor era mentira, porque él es mis espinas, mi veneno, lo que deseo y he perdido, lo que creo que he perdido. Porque lo cierto es que nunca le tuve.

Intento ser feliz.. y no me sale



Y por mucho que insistan tengo corazón cabrones, pero me lo reservo para estas gilipolleces

viernes, 23 de diciembre de 2011

Somos la generación postwindsor

La primera vez que lei eso me pareció una gilipollez, me hizo gracia, como si que ardiera un edificio marcara una generación como si hiciéramos algún tipo de arte para ser considerados asi, mamarrachadas, odio admitir que me equivoqué, ayer lo comprendí todo, 2.000 personas sintiéndonos al ritmo de uno, con los ojos en blanco aspirando el elixir que manaba de los altavoces, moviéndonos cuales juncos sin esperar nada de la vida, y la verdad es esa, el incendio quemó las normas de la moralidad que en mi generación están perdidas, nos convirtió en artistas de lo absurdo y lo efímero relegándonos a espectros que vagamos por el mundo esperando ese momento, ese mísero momento en el que nos damos cuenta de que no somos especiales, pero somos muchos, que no estamos solos, y que todos nos estamos abrasando por dentro como ese jodido edificio, pero da igual, somos la generación postwindsor

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Porque hay algo más que la fiesta...(pequeña autobiografía en libros)

Me paso la vida vendiendo sesiones, vendiéndome a mi misma al fin y al cabo hablando de fiesta, alcohol y desfase, pero hay vida para mi después de que se enciendan las luces y se apague el jodido zumbido en la cabeza con el que me levanto al día siguiente, me gusta leer y es algo que no comparto nunca con nadie, asi que a modo de disculpa quiero dejar lo libros que forjaron mi forma de pensar, de ser y de sentir, o quizás eso sea lo que quiero creer, no estoy segura

Todo el mundo recuerda el primer libro que le marca para siempre, que llega donde ningún otro lo había hecho y abre el camino a los demás (no, esto no es mio, es una adaptación de las sabias palabras de Zafón), recuerdo que estaba en 3º de primaria y era más tozuda que ahora, si es posible, al igual que una antisocial de cuidado y ligeramente borde, en fin, como ahora, pero peor, en vista de que no había forma de hacerme seguir la clase mi profesora a la que aun hoy sigo aborreciendo puso un libro en mis manos, el mensaje de los pájaros, de joan manuel gisberth, funcionó, no paré de devorar libros desde entonces

Cuando barco de vapor se me quedó corto, allá por 5º de primaria conocí a un buen profesor, de esos que ven en ti algo más que una cabeza hueca que pinta los márgenes de los libros e intenta comprender que hay dentro de ella, y, a pesar de ser poco ortodoxo me presento a 2 grandes amigos iacobus y orgullo y prejuicio,

Lamentablemente aquello duro poco, mis padres se arruinaron, aunque yo en esa época no lo comprendía y pasé de la atención y elitismo de uno de los colegios más caros de Madrid a un colegio de pueblo donde si no llevabas pantalones campaneros de colores chillones no tenías derecho a respeto alguno, y ahi fue cuando se terminó de fraguar en mi ese ansia por leer, la marginación por parte de mis compañeros de clase y el empeño de la psicóloga del colegio y la directora por preservar la semilla de la lectura con la que venía, fueron tiempos de momo, el último catón, el salón de ambar (sí, adoro a matilde asensi),los pilares de la tierra y la sombra del viento

Pase a la E.S.O.y creo que ya se sabe lo que pasó, mi primer ingreso, intentado comprender mi propia ``locura´´ descubrí los renglones torcidos de dios

Han pasado muchas historias por mis manos, pero estas siempre las llevaré grabadas a fuego, junto a la ladrona de libros, la gata sobre el tejado de zinc u once minutos

Y si llegaste a acabar de leer este vómito de recuerdos este es tu regalo, las historias que definieron mi vida y que espero que te hagan disfrutar igual que mi