Viólame la mente, que eso me pone
El humo no es más que el recuerdo constante de que nos estamos consumiendo a cada calada

viernes, 23 de diciembre de 2011

Somos la generación postwindsor

La primera vez que lei eso me pareció una gilipollez, me hizo gracia, como si que ardiera un edificio marcara una generación como si hiciéramos algún tipo de arte para ser considerados asi, mamarrachadas, odio admitir que me equivoqué, ayer lo comprendí todo, 2.000 personas sintiéndonos al ritmo de uno, con los ojos en blanco aspirando el elixir que manaba de los altavoces, moviéndonos cuales juncos sin esperar nada de la vida, y la verdad es esa, el incendio quemó las normas de la moralidad que en mi generación están perdidas, nos convirtió en artistas de lo absurdo y lo efímero relegándonos a espectros que vagamos por el mundo esperando ese momento, ese mísero momento en el que nos damos cuenta de que no somos especiales, pero somos muchos, que no estamos solos, y que todos nos estamos abrasando por dentro como ese jodido edificio, pero da igual, somos la generación postwindsor

1 comentario:

  1. Yo también voy comprendiendo eso poco a poco, que no somos especiales, en el fondo todos somos muy parecidos y creemos estar muy distanciados por nuestras circunstancias. Ahora la cuestión es: ¿como sofocar el incendio? ó ¿lo dejamos arder hasta que nos consuma del todo? a veces creo que eso es lo que buscamos.

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