Viólame la mente, que eso me pone
El humo no es más que el recuerdo constante de que nos estamos consumiendo a cada calada

viernes, 30 de mayo de 2014

Sobrevivir a Nueva York

Acudí a ``rescatar´´ a alguien y acabé por encontrarme a mi misma, me encontré en sus muslos húmedos mientras me miraba fijamente sin comprender ni una palabra de lo que decía, me encontré cuando subí a lo más alto de la más alta torre sabiendo que no habría nadie, me encontré en las calles mientras vagabundeaba borracha, borracha por las luces y una simple mirada, me encontré mientras dejaba que mi ira destruyera a otra gente, me encontré en un despacho mientras me sentía abrumada por lo que podía ser mi futuro y volví a encontrarme en su carne, en su demencia y en su falta de razón, en nuestro azar y en lo imposible de poder explorarnos a diario, me encontré en sus ojos, que me decían que durante ese instante yo era suya y que de poco me iba a servir negarme, viví para el éxtasis de sus abrazos tratando de expresar con mi cuerpo lo que no sabía hacerle llegar con palabras, y lo más bonito que puedo agradecerle es que no viniera a verme a Madrid y se mantenga para siempre pura en su locura y en mis recuerdos, como la casualidad más hermosa de mi vida, sin la mácula que aporta esta ciudad a los infelices que la habitamos,sin corromperse como ocurre con todos los demás

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